Escribo sobre el eclipse del 1 de Agosto:
"Por producirse en un Signo de naturaleza caliente y seca anunciará también, calor y sequías"..... “Marte rige en esa carta la casa IV, la que nos muestra al pueblo en su conjunto, las masas populares, la oposición política en general. Los bienes inmobiliarios, la agricultura, los sembradíos, los bosques, la explotación de la madera, las minas. Los campesinos, las cosechas y productos agrícolas opuesto a Urano marca "cortes"( o recortes), tensión, violencia y problemas en ese área. En esta casa se puede ver además, cómo van a ser las cosechas - buenas o malas -, si habrá incendios forestales, etc. ......esto es un indicio de serios peligros y riesgos durante este período para todo lo anteriormente indicado, incluso pérdidas de cosechas, incendios en la tierra, etc.”
leemos:
Pérdidas en el campo
Por la sequía, ya se muere el ganado en el norte bonaerense
Faltan pastos y no se consiguen rollos
Sábado 23 de agosto de 2008
Por Emilia Subiza
Enviada especial
LA VIOLETA, Pergamino.- En esta pequeña localidad ubicada a tan sólo a 200 kilómetros de Capital Federal, próxima a las tierras agrícolas más caras de la Argentina, la seca castigó sin clemencia al ganado vacuno que yace inmóvil en las cañadas. Las vacas muertas por falta de pastos ya no son un fenómeno exclusivo de zonas marginales.
Las áreas ganaderas del norte bonaerense padecieron la larga sequía que azotó las tierras este año: productores, comerciantes y referentes coincidieron en que la ganadería ha acelerado su retroceso en los últimos meses. Los pastos no crecen, las reservas de alimentos se agotan, los rollos escasean y su valor está por encima de los $180. Además, el impacto de las heladas ha sido más fuerte en los suelos ya castigados por la sequía. Desde hace cinco meses casi no cae una gota de agua.
"Me da impotencia ver que las vacas se me mueren de hambre, pero no tengo para comprarle alimento balanceado y los rollos no se consiguen", admitió abatido, Arnaldo Salaverria, propietario junto a su hermano de un rodeo de 160 cabezas.
En los últimos 15 días Salaverria perdió 10 animales por la falta de pastos. En una recorrida por el campo a orillas del arroyo Manantiales, LA NACION observó varias vacas muertas. "Van a tomar agua pero están tan débiles que no pueden salir", explicó Salaverria. Para frenar la mortalidad, está en tratativas con un vecino para que le preste un lote de rastrojo para llevar la hacienda.
A Omar Pacini, concejal de Pergamino y productor ganadero, también se le murieron 10 vacas por la sequía. "Estaban a rollo pero igual le faltaban nutrientes. Entre la sequía y los caprichos del Gobierno, éste es un año perdido para el campo", sostuvo.
Daniel Salce, productor ganadero de La Violeta, dijo: "Pongo plata para salvar a los animales con rollos, pero los números no cierran". En sus 60 hectáreas Salce tiene 40 vacas y sostuvo que es imposible incrementar el rodeo. "El cálculo de una hectárea de pasto por vaca acá no sirve, se necesita más en estas condiciones", explicó. En el campo de Salce, la bosta esparcida es lo único que se divisa en el agreste paisaje. Mauricio Guerrido, un joven productor de 22 años, explicó: "Cuando sólo se ve la bosta es porque el pasto está al ras del suelo y no la llega a tapar".
Para recuperar esos lotes se necesitarán abundantes lluvias la próxima primavera, sin embargo aún no hay certezas. Roberto Prando, preocupado por el futuro de la ganadería dijo: "Tenemos que subsistir, no se que voy a hacer si esto no da para más. A los 66 años no se hacer otra cosa".
Una reducción en la producción vacuna del año que viene ya parece inevitable. Martín Goizueta, productor y asesor de la zona de Manantiales, explicó: "Se viene la época de parida de las vacas y no va a haber suficiente celo para preñarlas por el déficit en nutrición. Esto se traduce en menos terneros el año que viene". Además, la falta de alimento vuelve a la hacienda vulnerable a cualquier enfermedad. Por razones económicas, la alimentación con granos no es una alternativa para todos. Gustavo Farroni, productor de Guerrico, contó: "Por la sequía tuve que aumentar la dosis de granos y los costos de alimentación se incrementaron un 50%".
Los grandes ganaderos achican su rodeo y los más chicos son, de a poco, expulsados del negocio. La liquidación de cabezas en las ferias locales se incrementó en los últimos meses según Juan Friza, dueño de la feria Giácoma y compañía, en Pergamino. "Muchas de las vacas que se liquidaron en los últimos meses podrían haber servido para cría, pero el destino más común fue la faena", contó Friza. "Y el 50% de las vacas que van a frigoríficos están preñadas", agregó.
Además, no aparecen productores interesados en comprar ganado para cría. "El año que viene se va a notar la escasez de hacienda gorda para consumo interno y de novillo pesado para exportación", sostuvo Friza.
Maíz: cuenta regresiva
La cuenta regresiva ya empezó para la siembra de maíz: la superficie destinada a este cultivo depende de las lluvias en los próximos 15 días. Según los productores de la región, sólo se arriesgarán unos pocos, que lo hacen por rotación o para sus animales. "En mi campo bajamos la producción de maíz un 70% y ahora sólo voy a sembrar un lote para los animales y otro para rotación", sostuvo Farroni. Rubén Bianchi explicó que los rendimientos promedios del maíz en la última campaña estuvieron entre 25 y 35 quintales por hectárea, cuando el promedio de la zona oscilaba tradicionalmente entre los 75 y 80. Victorio Kovcevich, de La Violeta, estimó que la cosecha de maíz se va a reducir un 60% en su zona.
Mala jugada para otros cultivos
Muchos productores del norte de la provincia de Buenos Aires y del sur de Santa Fe apostaron a la siembra de legumbres y oleaginosas: lentejas, arvejas y colza. Esta última se exporta para biocombustibles y muchos productores la eligieron como una opción para no padecer las retenciones. Sin embargo, el clima les jugó una mala pasada a estos cultivos. "Son cultivos de invierno que no tendrían que tener problemas pero por la falta de agua no resistieron las heladas", explicó Martín Goizueta. Según el especialista, ya se perdieron muchos lotes. La colza requirió una inversión promedio de 230 dólares por hectárea.
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