viernes, 9 de agosto de 2013

La tragedia de la ciudad de Rosario vista desde la Astrología



Debido a las consultas recibidas acerca de mi parecer sobre los trágicos sucesos vividos recientemente en Rosario, Argentina,  vuelco aquí  mi opinión exponiendo los mapas del Ingreso del Sol al 0º de Cáncer, relocalizado para Rosario con sus tránsitos más los atacires para dar una breve explicación.  

La explosión ocurrió alrededor de las 9:45 horas (local) del día 6 de agosto. http://www.pablolayus.info/2013/08/la-peor-noticia.html

Tránsitos
Como vemos el mapa del último Ingreso  tiene Ascendente en Aries con Urano allí presente,  Plutón desde el ángulo del Medio-cielo en cuadratura a Urano, lo cual es un indicador de graves tensiones que actúan en una forma potente y despiadada.  
Urano rige el caos, el cambio repentino, el desorden, la perturbación, mientras el destructivo Plutón rige la muerte, la destrucción y lo que sucede en las profundidades. Ambos maléficos ubicados en los ángulos  de la carta (lugares de manifestación) presagiaban un hecho notorio y doloroso de características imprevistas. El  tránsito de Marte conjunto a Júpiter, moviliza esa gran tensión celeste cuando el punto medio de esa conjunción transita sobre la cúspide de la casa IV el sector de la carta que representa a la tierra propiamente dicha, a los cimientos.  
La Luna, de la carta de este  Ingreso que representa al pueblo, está en Escorpio, signo de su caída  y en la Casa VIII, casa de crisis pérdidas, el sector de la carta que justamente que representa la mortalidad indicando penalidades y circunstancias dolorosas entre los hombres

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Atacires
Observemos, la carta de los atacires para el día de la explosión, vemos como la Luna desde VIII se coloca en el Medio-Cielo, llevando el acontecimiento a la luz pública,  mientras que la progresión de Urano con el Ascendente se colocaban en oposición a la Luna y Plutón y el MC progresados en cuadratura a la Luna y a Urano. ¿más claro?


 



Lunación

Ese día, además se iba a producir la Luna nueva en Leo en conjunción a Marte de la carta juliana de la Argentina (activando ese Marte)  mientras que Marte del cielo hacía lo propio en conjunción al Sol de la Argentina.  Marte, es mitológicamente el dios de la guerra y se lo relaciona con el fuego y la destrucción.
Si levantamos la carta de la lunación para la ciudad de Rosario, vemos que el Ascendente de la lunación (que representa al lugar propiamente dicho)  está opuesto a Marte de la Argentina y en conjunción a Saturno de esa carta. El Medio cielo de la lunación, el punto más alto de la carta que representa lo destinal, está en Escorpio, regido por Marte y en cuadratura a Marte de la lunación. Todos aspectos indicadores de fuertes peligros y tensiones.


martes, 6 de agosto de 2013

El 7: ¿Por qué es un número mágico?



Desde la antigüedad, este dígito encerró un halo de misterio. Para Pitágoras era “el número perfecto”, Alighieri lo usaba en sus obras y la Biblia lo menciona con frecuencia. ¿Qué secreto oculta? De las siete maravillas a los siete pecados capitales, las claves de una cifra que tiene poder en sí misma.
El 7 es considerado un número mágico porque se compone del sagrado número 3 y del terrenal número 4 estableciendo, así, un puente entre el cielo y la tierra. Si asociamos el número 4 a la tierra con sus cuatro elementos y sus cuatro puntos cardinales, con el sagrado número 3 que simboliza la perfección, llegamos al número 7, que representa la totalidad del universo en movimiento.
 “El número siete -dijo Hipócrates- por sus virtudes ocultas, tiende a realizar todas las cosas; es el dispensador de la vida y fuente de todos los cambios, pues incluso la Luna cambia de fase cada siete días: este número influye en todos los seres sublimes”.
Su simbología se obtuvo, probablemente, a partir del cielo, donde los siete planetas clásicos forman un todo: el septenario. El Sol, la Luna y los planetas visibles: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. La inmensa mayoría de símbolos de siete elementos en el mundo entero derivan de este modelo celeste de las siete esferas.
Hay, además, una gran concordancia entre el número 7 y el 12: como 3 y 4 suman 7, tres veces 4 hacen 12, que son los planetas y los signos derivados de la misma raíz y  participan con el 3  por la divinidad y  con el 4 de la naturaleza de lo inferior.
 
El 7 está en todo
Vamos a encontrar tantas relaciones y aplicaciones del septenario (el nombre que se le da a los siete planetas clásicos en Astrología y, por extensión, a todo aquello que consta de siete elementos) que sería difícil enumerarlas todas. Veamos algunas: el número 7 está presente en la semana compuesta por siete días y en las fases lunares que duran siete días cada una y, a través de las cuales, surge el mes.
A la simbología del 7 pertenecen, por supuesto, los grupos de los siete elementos como los siete mares del mundo, las botas de las siete leguas y los siete enanitos.
En la Edad Media se conocían siete formas de arte y, desde el inicio de la humanidad, conocemos los siete milagros del mundo. Las siete columnas sobre las que se edificó Roma pertenecen al mismo tipo de simbología que las siete columnas sobre las que se construyó el Templo de la sabiduría de Salomón: en la casa de Dios sobre la tierra se unen el tres divino con el cuatro terrenal.
Al igual que el principio de Hermes, “Como es abajo, es arriba, como es arriba es abajo para que perpetúe el milagro de la Unidad”, así ocurre con el siete celestial, que tiene su correspondencia en el siete terrenal y en los siete metales que -a su vez- constituyen los siete pasos del proceso alquímico. La Lira, el instrumento sagrado de Apolo, consta de siete cuerdas que originaban los tonos de los siete planetas, los cuales elevaban el espíritu del hombre. Los siete colores del arco iris también nos muestran al septenario como regulador de vibraciones.
De acuerdo a Cornelio Agrippa, los siete ángeles que asisten ante la faz de Dios son:
-Para el Sol, el ángel de la Luz , Miguel.
-Para la Luna, el ángel de las aspiraciones y de los sueños, Gabriel.
-Para Mercurio, el ángel civilizador, Rafael.
-Para Venus: el ángel del amor, Anael.
-Para Marte, ángel exterminador, Samahel.
-Para Júpiter, el ángel dominador, Zadkiel.
-Para Saturno, el ángel de la solicitud, Zaphkiel.




Los pecados (o vicios capitales) también se pueden asociar con el septenario: la soberbia al Sol, la avaricia a Saturno, lujuria a Venus, la ira Marte, la gula Júpiter,  la envidia  a Mercurio, la pereza a la Luna. Como contrapartida, sucede lo mismo con las siete virtudes cardinales.
La dualidad del número siete aparece reflejada en la expresión bíblica “siete años de vacas flacas y siete años de vacas gordas”. Además, el 7 es frecuentemente empleado en la Biblia: en el candelabro de siete brazos, los siete espíritus reposando sobre la vara de José, los siete cielos donde habitan las órdenes angélicas y Salomón que construye el templo en siete años.


El 7 y los Astros
Para la Astrología, es bien conocido que el ciclo de siete suele ser un ciclo crítico por dos razones: o por el ángulo hostil que forma la Luna con el Sol cada siete días (llamados días críticos) o por el ciclo de Saturno que hace un aspecto hostil  con su posición inicial cada siete años. El 7 es el número, según se ha señalado, de la finalización de un ciclo y su renovación. El séptimo día el Creador dejó de trabajar y descansó e hizo de éste un día santo: el shabat no es, por ende, su reposo exterior sino su coronación, su finalización en la perfección, y no solamente el séptimo día, el séptimo año también es de reposo.
El número 7, por la transformación que inaugura, posee en sí mismo un poder: es un número mágico.