sábado, 19 de julio de 2025

La Luna Nueva del 24/7 para la Argentina

 

La próxima Luna Nueva se produce el día 24 de julio a las 16:10:55 (hora local de Buenos Aires), en el grado 2°08′ de Leo, y se forma en oposición partil a Plutón. Este tipo de configuración en una carta mundial plantea un conflicto entre la energía solar de inicio y afirmación, y la potencia transformadora, crítica y a menudo disruptiva de Plutón. Nos enfrentamos así a un ciclo que no comienza en terreno despejado, sino que exige desarraigar lo viejo antes de construir lo nuevo. Este evento, lejos de representar un comienzo simple o espontáneo, nos enfrenta a procesos de transformación profunda, a tensiones de poder y a una necesidad ineludible de replantear estructuras tanto individuales como colectivas.

En este contexto, el análisis de la carta de la lunación levantada para Buenos Aires cobra especial relevancia. Al ubicar la Luna Nueva en el eje de las casas II y VIII y presentar una figura dominante de Marte angular en el Medio Cielo, el cielo sobre Argentina pone el foco sobre cuestiones económicas, tensiones institucionales y posibles escenarios de conflicto que exceden lo personal y alcanzan a la esfera pública. Las configuraciones presentes activan también elementos fundamentales de la carta del Ingreso Solar, sugiriendo que esta lunación no sólo inaugura un nuevo ciclo mensual, sino que reaviva temáticas que han venido gestándose desde el inicio del año astrológico.

En el plano mundial, una Luna Nueva opuesta a Plutón plantea una tensión entre el impulso de comenzar algo —propio de toda lunación— y la necesidad de enfrentar dinámicas de poder, transformación o crisis que no pueden ser evitadas. Esta oposición, cuando se presenta en una carta de lunación mundial, tiñe el ciclo de intensidad emocional, enfrentamientos soterrados y procesos de cambio que surgen por necesidad, no por voluntad.

A esto se suma un detalle no menor: Marte se encuentra angular, en conjunción exacta al Medio Cielo y conjunto al Nodo Sur, lo que intensifica su expresión y lo convierte en uno de los protagonistas de esta lunación. La conjunción con el Nodo Sur refuerza la cualidad disruptiva de Marte y puede estar asociada a escenarios de violencia, desarticulación o descarga de tensiones acumuladas, especialmente en el plano institucional, profesional o político. Al hallarse en Virgo, Marte tiende a operar con precisión crítica, pero desde el ángulo más alto de la carta su influencia se proyecta con fuerza sobre la escena pública, y puede señalar un período de tensiones en el ámbito institucional, laboral o gubernamental.

Su cuadratura con Venus, que se encuentra en Géminis, refuerza el conflicto entre acción y deseo, entre método y dispersión, entre lo que se ejecuta con pragmatismo y lo que se desea.

En un sentido más amplio, este Marte elevado y afilado en el Medio Cielo de Buenos Aires podría traducirse en un clima de confrontación, reclamos, medidas técnicas impopulares o decisiones incisivas que afectan la economía, los vínculos laborales o incluso los valores sociales que estructuran la vida pública.

Además, Marte de la lunación se encuentra en oposición exacta a Saturno del Ingreso Solar en Aries —la denominada “revolución del mundo”—, que estaba ubicado sobre el Ascendente de la carta levantada para Buenos Aires. Esta oposición, que se activa entre dos planetas tradicionalmente considerados maléficos, indica un tiempo de enfrentamiento entre la acción (Marte) y los límites impuestos por la realidad (Saturno). En este contexto, puede señalar bloqueos a decisiones ejecutivas, tensiones entre fuerzas de avance y estructuras de poder, o situaciones donde el conflicto y la represión se retroalimentan. Dado que Marte se halla conjunto al Medio Cielo de la lunación, estos eventos podrían manifestarse públicamente, en forma de medidas impopulares, fricciones laborales o conflictos con autoridad.

A su vez, Saturno de la carta de la lunación —presente en la Casa IV en Buenos Aires— se encuentra en conjunción al Sol del Ingreso Solar en Aries, reforzando la idea de que esta lunación activa elementos ya planteados en la carta del año. La figura sugiere desafíos en temas de autoridad, esfuerzo sostenido o restricción, y marca un período donde la figura del poder o del gobierno se encuentra bajo presión, cargada de mayor responsabilidad, aunque con escasa capacidad de maniobra.

Por otra parte, el Ascendente de la carta del 0 de Aries levantada para Buenos Aires se encuentra en el signo de Piscis, lo cual tiñe el tono general del ciclo con una cualidad más ambigua, emocional o incluso escapista. Piscis, regido tradicionalmente por Júpiter, aporta una atmósfera de sensibilidad colectiva, pero también de confusión o de falta de dirección clara. La presencia de Saturno en ese mismo signo compensa parcialmente esa dispersión, y sugiere una necesidad urgente de anclar expectativas, asumir compromisos concretos y poner límites donde antes hubo evasión.

Así, la tensión entre el impulso marciano en el Medio Cielo de la lunación y el Ascendente pisciano del Ingreso puede manifestarse como un contraste entre la necesidad de dar una imagen firme, resolutiva o eficiente en lo público, y una realidad subyacente de fragilidad, improvisación o descoordinación estructural. También puede hablar de un ciclo donde las decisiones visibles contrastan con las dinámicas invisibles del poder, o donde lo que se muestra está cuidadosamente construido para ocultar el verdadero núcleo de las problemáticas. Esta lunación no pasa desapercibida: pone en juego tensiones profundas entre lo viejo y lo nuevo, entre el poder consolidado y la necesidad de renovación, entre la autoridad y el reclamo. Desde su eje II/VIII, compromete directamente los recursos, los valores y las estructuras de sostén económico tanto a nivel colectivo como institucional. La angularidad de Marte en el Medio Cielo, su conjunción con el Nodo Sur y su oposición a Saturno del Ingreso Solar delinean un escenario donde las decisiones públicas estarán marcadas por la presión, la reacción o la imposición de límites, muchas veces sin el consenso necesario.

En este contexto, la figura de Saturno, en conjunción al Sol de la revolución del mundo, parece recordar que sólo a través del esfuerzo sostenido, la prudencia y la madurez institucional será posible atravesar este período sin incurrir en nuevas fracturas. No se trata de evitar el conflicto, sino de canalizarlo de forma estructurada, con responsabilidad y sin perder de vista la dimensión simbólica de esta Luna Nueva, que exige dejar atrás viejos patrones para dar lugar a una forma más auténtica y coherente de ejercer el poder, tanto en lo personal como en lo colectivo.

En el plano mundial, una oposición de esta naturaleza sugiere el inicio de un ciclo marcado por confrontaciones soterradas, crisis de autoridad o redefiniciones intensas que emergen desde lo más oculto del tejido social.

 

 

viernes, 18 de julio de 2025

A 31 años del atentado a la AMIA – Una lectura astrológica

 

El 18 de julio de 1994, a las 9:53 de la mañana, un atentado terrorista destruyó la sede de la AMIA en Buenos Aires. Fue el ataque más cruento de nuestra historia reciente, dejando 85 víctimas fatales y más de 300 heridos. Tres décadas después, la herida sigue abierta: la justicia no ha llegado, y la impunidad continúa siendo un agravio a la memoria colectiva.

Desde la astrología tradicional, ciertas configuraciones presentes en las cartas mundanas de ese período resultan altamente significativas. El Ingreso del Sol en Aries —considerado desde la antigüedad como la carta anual por excelencia para cada nación— ya anticipaba un clima de tensión y violencia.

En ese Ingreso Solar de 1994, levantado para Buenos Aires, se observa una figura particularmente inquietante: Mercurio, Marte y Saturno se hallan en conjunción en Piscis, signo de agua mutable, y todos ubicados en la casa VII, asociada a los enemigos declarados y los ataques abiertos. Esta configuración sugiere un clima de confusión, agresión encubierta y desestabilización. Además, dicha conjunción se produce sobre la Luna de la carta del 25 de mayo de 1810, reforzando la resonancia directa entre el Ingreso del año y una de las cartas fundacionales de nuestro país. La Luna —significadora tradicional del pueblo— queda así alcanzada por los dos maléficos mayores y por Mercurio, planeta vinculado a desplazamientos, mensajes, rutas y vehículos: todos elementos involucrados en el atentado.

La tensión se ve amplificada por el eclipse lunar del 25 de mayo de 1994, con la Luna en Sagitario en conjunción al Medio Cielo de la carta levantada para Buenos Aires. El Ascendente del eclipse cae en 4° de Piscis, exactamente sobre la Luna del 25 de mayo de 1810, lo cual acentúa la activación de puntos sensibles del radix nacional. Además, el eclipse ocurre con Marte exiliado en Tauro , en oposición aplicativa  a Júpiter en Escorpio, repitiendo el eje Marte-Júpiter con gran tensión y potencial destructivo.

Por si fuera poco, el eclipse activa directamente la triple conjunción de Mercurio, Marte y Saturno del Ingreso de Aries, generando una figura de violencia, caos y desestabilización. La superposición de estos factores configura un escenario astrológico excepcionalmente agresivo, con implicaciones directas sobre la estructura social y la seguridad colectiva.

Asimismo, el Ingreso Solar en Cáncer de 1994, el más próximo al atentado, el que nos habla del estadodel pueblo,  refuerza el clima de tensión señalado en las cartas anteriores. El eje Ascendente/Descendente se encuentra en 4° Virgo/Piscis, activando nuevamente la posición de la Luna de la carta del 25 de mayo de 1810. En esta figura, Marte exiliado en Tauro se halla en oposición a Plutón, sobre el eje de las casas III y IX, involucrando simbólicamente vehículos, desplazamientos y asuntos vinculados con el extranjero —tres factores clave en la mecánica del atentado. Esta oposición, además, se forma sobre el eje nodal, lo que, desde la interpretación tradicional, incrementa su poder disruptivo. La Luna en Sagitario, (conjunta a la del eclipse) en tanto, se encuentra en cuadratura a Saturno, que permanece aún en la casa VII, reforzando el tono de conflicto y amenaza externa.

Estas cartas reflejan un clima simbólico general, que anticipaban crisis, tensiones y hechos de alto impacto.El hecho de que el eclipse del 25 de mayo de 1994 coincidiera con un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo no es en absoluto un indicio menor: la superposición de un eclipse lunar con una fecha fundacional de la república es considerada, en la tradición astrológica, como un presagio de perturbaciones colectivas de gran escala, especialmente si toca puntos sensibles del radix nacional —como ocurre en este caso, donde la Luna del eclipse se encuentra en conjunción al Medio Cielo y el Ascendente cae exactamente sobre la Luna de la carta de 1810.

Desde la mirada astrológica, estos testimonios celestes no son advertencias aisladas ni determinismos fatales, sino señales simbólicas que se inscriben en el tejido del tiempo, revelando tensiones latentes que pueden materializarse si coinciden con las condiciones terrestres. La reiteración de configuraciones disonantes sobre cartas fundacionales y la coincidencia de un eclipse con el aniversario de la República nos recuerdan que los ciclos del cielo acompañan los ciclos de la historia. 

Por esa razón a 31 años del atentado, honramos a las víctimas y reafirmamos el compromiso con la memoria, la verdad y la justicia. Desde nuestra disciplina, también invitamos a no desatender los signos que el cielo inscribe. Honrar a las víctimas también implica reconocer estas resonancias, sostener la memoria y mantener viva la exigencia de justicia.

A continuación, presento las cartas astrológicas más relevantes que, desde la perspectiva astrològica,  considero vinculadas a los hechos del 18 de julio de 1994. Se incluyen el Ingreso Solar en Aries, 1994 el eclipse lunar del 25 de mayo de 1994, y el Ingreso Solar en Cáncer, todos levantados para Buenos Aires. Estas cartas, analizadas en relación con la carta fundacional del 25 de mayo de 1810, muestran claras activaciones sobre puntos sensibles, anticipando simbólicamente un año signado por la tensión, el peligro externo y el impacto colectivo.













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martes, 7 de enero de 2025

Luna Llena en el eje Cáncer-Capricornio 13/1/2025

 

Mientras me disponía a redactar el informe mensual correspondiente a la próxima Luna Llena, la configuración astrológica captó inmediatamente mi atención debido a su notable carga de violencia y tensión.

Al levantar la carta para Buenos Aires, observé que la Luna Llena se encuentra próxima al horizonte, aunque no exactamente angular. Sin embargo, al tener conocimiento de que el teórico cambio de mando en Venezuela tendría lugar pocas horas antes de la lunación, decidí analizar la carta levantada para Caracas, Venezuela, donde la Luna Llena se sitúa partil en el horizonte, adquiriendo una relevancia aún mayor en el contexto local.

Por lo tanto, esta Luna Llena en Cáncer no solo se produce en un momento de significativa tensión política, sino que se alinea directamente con el eje del horizonte en Caracas, subrayando su impacto en los eventos que se desarrollen en ese lugar.

La Luna Llena que se produce en el grado 23° del eje Cáncer-Capricornio es un evento astrológico significativo, más aún, considerando su estrecha aplicación a la conjunción con Marte en Cáncer, signo donde Marte está exiliado y retrógrado. Este fenómeno sugiere un contexto de alta tensión, violencia y conflictos intensificados.

Marte en esas condiciones indica acciones impulsivas, errores estratégicos y conflictos internos que pueden desbordarse en situaciones de gran impacto colectivo.

El eje Cáncer-Capricornio enfrenta las dinámicas entre el hogar, el pueblo y las emociones colectivas (Cáncer) y las estructuras de poder, las instituciones y la autoridad (Capricornio). En este contexto, la Luna en Cáncer representa al pueblo venezolano, emocionalmente afectado y con una fuerte necesidad de protección, mientras que el Sol en Capricornio alude a las estructuras de poder y al liderazgo que está en juego durante este cambio de mando.

El hecho de que la Luna aplique a Marte retrógrado refuerza la posibilidad de reacciones descontroladas, situaciones de enfrentamiento y la incapacidad de resolver conflictos de manera estratégica. Marte, en su condición debilitada, actúa de forma irritable, reactiva y sin planificación, lo que puede traducirse en episodios de violencia o conflictos armados.

La condición de Marte es crítica en esta lunación. Exiliado y retrógrado, Marte carece de dirección clara, actuando de forma desorganizada, en esta carta rige el MC por lo que está representando al poder. Puede simbolizar:

Acciones militares impulsivas o mal calculadas, que podrían derivar en conflictos internos o externos de gran magnitud.

Movilizaciones populares desbordadas, con alta probabilidad de enfrentamientos violentos.

Conflictos internos dentro del poder político o las fuerzas armadas, evidenciando fracturas que aumentan la inestabilidad.

La Luna, como representante del pueblo, al aplicar a Marte y transferir esa energía a Plutón, muestra al colectivo como un canal que activa las dinámicas de poder, luchas y transformaciones radicales.

 


Plutón en el primer grado de Acuario podría estar señalando una etapa inicial de cambio profundo en las estructuras colectivas, especialmente en términos de poder y justicia social. Sin embargo, este tránsito está cargado de crisis y rupturas estructurales que pueden adoptar formas extremas, especialmente al recibir la luz de Marte a través de la Luna. En el contexto venezolano, esto podría manifestarse como revueltas y luchas colectivas. La energía plutoniana amplificada por Marte puede desencadenar conflictos masivos que conduzcan a cambios profundos, pero con un alto costo social.

Otra posible manifestación es una respuesta extrema de las autoridades para contener el descontento social, lo que podría derivar en represión y violencia.

Un momento crítico para Venezuela

La Luna Llena en conjunción con Marte retrógrado y la transferencia de luz hacia Plutón configuran un escenario de gran tensión y peligro. Lo que podría resultar en cambios en el sistema político, con un alto costo para el pueblo.